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Un Día Que Siempre Recordaremos

16 años puede parecer mucho tiempo, pero no lo es. Esa es la edad de nuestro hijo, y podemos recordar bien el día en que nació como si fuera ayer. Hoy, hace 16 años, ocurrió una enorme tragedia en los Estados Unidos de América. Mientras que ocurrió físicamente allí, afectó y cambió el mundo entero desde entonces.

Durante los años de juventud de este escritor, nunca consideré la idea de viajar a Estados Unidos en busca del “sueño americano”. Más tarde, tuvimos la oportunidad no sólo de visitar este hermoso país, sino de vivir unos años allí, estudiando La Palabra de Dios (un estudio que nunca termina) y preparándonos para hacer la obra del Señor dondequiera que estemos. Pero, sólo había un lugar que siempre quise visitar y nunca podré hacer, las Torres Gemelas. Observé esas torres en varias películas y fotos, y siempre quise subir y ver el mundo desde allí.

911, más que el número de emergencia que la gente necesita marcar cuando está en necesidad de ayuda, tiene un significado más profundo en la vida de cada ser humano en este mundo. Tres dígitos cambiaron completamente después de ese horrendo y terrorista evento. Ahora, cada año, este día, trae muchos recuerdos a cada alma viviente en este mundo. Un día que marcó a mucha gente. Hombres y mujeres que perdieron a sus cónyuges, hijos que perdieron a sus padres, padres que perdieron a sus hijos, pero lo más importante, cientos de almas que perdieron la oportunidad de escuchar el Evangelio de Salvación y obedecerlo. Aquellos terroristas en el día vinieron como un ladrón en la noche, y tomaron la vida de cientos de personas con un único propósito en mente,

El mártir (shaheed) tiene siete bendiciones de Allah: es perdonado desde el momento en que su sangre es derramada por primera vez; se le mostrará su lugar en el Paraíso; se le ahorrará el juicio de la tumba; y estará seguro en el Día del Gran Terror (el Día del Juicio); se le colocará en la cabeza una corona de dignidad, cuyo rubí es mejor que este mundo y todo lo que hay en él; se casará con setenta y dos al-hoor al-‘iyn [vírgenes, MR]; y se le permitirá interceder por setenta de sus familiares [énfasis añadido]

Abdul-Rahman, p. 203.

Eso no tiene nada que ver con la paz, como muchos seguidores de esta religión tratan de explicar al mundo. No son mártires, son asesinos. Una definición simple de la palabra mártir es, “Persona que muere o sufre grandes padecimientos en defensa de sus creencias o convicciones” (DRAE).

Los terroristas no defienden su creencia o convicción, simplemente están buscando esas siete bendiciones, que más que bendiciones son placeres mundanos, siendo una de ellas totalmente acerca del placer sexual y la inmoralidad. ¿Por qué la pornografía genera tanto dinero hoy en día? ¿Por qué se sigue practicando la prostitución en casi todas las partes del mundo? ¿Por qué las escuelas donde nuestros hijos van promueven el “sexo seguro”? La respuesta es simple, a la gente le gusta eso y si una religión les ofrece esa misma cosa como una bendición en el paraíso, muchos seguirán ese camino equivocado, porque es lo único que quieren (y probablemente no tienen aquí).

Es interesante como nuestro Señor y Salvador respondió al caso hipotético presentado por los Saduceos acerca de la mujer con siete esposos,

“Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios. Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo. Pero respecto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído lo que os fue dicho por Dios, cuando dijo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Oyendo esto la gente, se admiraba de su doctrina»

Mateo 22:29-33.

Primero, Él les hizo saber que ellos no saben lo que están hablando porque no fueron diligentes en estudiar la Palabra de Dios. Luego, Él se asegura de que entiendan que el matrimonio es una condición en la tierra, pero en la resurrección, no lo es (así, el Islam establece una promesa que no es real). Cuando morimos, simplemente salimos de este mundo, pero todavía estamos vivos, porque Dios es el Dios de los vivos.

¿Necesitamos un ejemplo de mártir? Un Cristiano fiel ya sabe la respuesta a esta pregunta, Esteban. En el libro de Hechos, capítulo 7, podemos leer el discurso que Esteban expuso al sumo sacerdote como su respuesta a las acusaciones que los que estaban en la sinagoga estaban haciendo en su contra. Les dio una clase de Historia. Su espada era la Palabra de Dios (Hebreos 4:12). Él no se mató a sí mismo y a todos en esa habitación para convertirse en un mártir. Simplemente predicó las buenas nuevas. Sus palabras, no sus manos con un arma, fueron las que enfurecieron el corazón de aquellos que le escucharon (Hechos 7:54). Siguió diciéndoles las buenas nuevas, pero decidieron no escucharlo más,

“y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios. Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él. Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo. Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió”

Hechos 7:56-60.

Él realmente murió por la causa de su Salvador. Él fue un mártir real. Una vez más, los terroristas no son mártires, son asesinos. En la ley antigua, Dios prohibió el asesinato (Éxodo 20:13), y lo sigue hacienda en la nueva ley, tal como nuestro Señor Jesucristo respondió al joven rico,

“Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna? El le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos. Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta? Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme”

Mateo 19:16-21.

Jesús le recordó a este joven acerca de los mandamientos de la ley antigua, afirmando que son válidos y verdaderos, y que lo que a este joven le faltaba era ir y seguirle a Él.

Cuando uno de los fariseos pregunto a Jesús, “¿cuál es el gran mandamiento en la ley?” Él respondió,

“… Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”

Mateo 22:37-40.

El apóstol Pablo, antes conocido como Saulo, el mismo que fue testigo y consintió la muerte de Esteban (Hechos 8:1), después de su conversión, escribió a los Romanos,

“No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo [énfasis añadido, MR]; así que el cumplimiento de la ley es el amor”

Romanos 13:8-10

Querido lector, aquellos terroristas que profesaban la religión islámica, profesaban una religión que no es de paz ni de amor. Hoy, y cada 11 de septiembre, desde 2001, recordaremos los tristes acontecimientos de ese día. Eso es algo que nunca saldrá de nuestras mentes. Nuestra primera visita a Nueva York fue en 2013, y el día de nuestro vuelo fue 11 de septiembre. El avión estaba casi vacío, pero estábamos felices de poder ir allí. Aunque no pude cumplir el sueño de mi infancia de ver las Torres Gemelas, pude ver el nuevo edificio del World Trade Center casi terminado. La foto que sirve como título para este artículo fue tomada durante ese viaje. Una de las muchas cosas que admiro de los estadounidenses es que “siguen adelante”. No importa la dificultad, ellos perseveran y buscan oportunidades para crecer. En momentos de dificultad, muestran cómo ser optimistas y dar lo mejor de sí. Esto ciertamente nos recuerda que, mientras los terroristas siguen destruyendo edificios alrededor del mundo, esas edificaciones pueden ser construidas de nuevo, y tal vez mejor que las originales. Como Cristianos, comprendemos lo triste que es saber que muchos de los que murieron ese día no habrían oído las buenas nuevas de la salvación; otros pudieron haberlas oído pero no las obedecieron; otros pudieron haberlas oído, obedecido, pero las abandonaron; mientras otros las escuchaban con gusto, las obedecieron y permanecieron fieles hasta su muerte. No conocemos el destino final de esas almas, pero sabemos cuál es el deseo de Dios hacia nuestras almas (2 Pedro 3:9), y nuestro compromiso de alcanzar tantas almas como podamos para llevar el mensaje de salvación a todas ellas, permitiéndoles la oportunidad de obedecer la voluntad de Dios y convertirse en uno de sus hijos (Mateo 28:18-20, Marcos 16:15-16).

Hoy recordamos no sólo a aquellos que murieron ese trágico día por manos de los terroristas, sino también a aquellos que murieron en sus esfuerzos por ayudar a tantos como pudieron ese día. Hoy, y cada día, debemos recordar al que murió por toda alma, como “propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo” (1 Juan 2:2). Nunca olvidemos nuestra misión en esta tierra, y llevemos las buenas nuevas de las cosas buenas a cada persona que nos encontremos. No sabemos si mañana ellos, o nosotros, tendremos la oportunidad que tenemos ahora.

¡Dios te bendiga!

Referencias

Abdul-Rahman, Muhammad Saed. The Heart Softeners Part 1. London, UK: MSA Publication Limited, 2003. Google Books.

«mártir», Diccionario de la Lengua Española, Real Academia Española, http://dle.rae.es/?id=OVV9sL3

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