Durante el mes de enero de 2018, en la congregación de la Iglesia de Cristo en Torrijos Carter se dedicó el periodo de estudio bíblico al libro de Filipenses. Un capítulo cada domingo. El día 21 estudiamos el capítulo tres. El título para este artículo no solo es el título de uno de los himnos que solemos cantar como parte de nuestras alabanzas a nuestro Padre celestial, sino también el título dado a la clase quese llevó a cabo ese día.
El himno en inglés es titulado “Onward, Christian Soldiers”, que traducido significa, “Adelante, Soldados Cristianos”, y fue escrito por Sabine Baring-Gould en 1864. La traducción al español “Firmes y Adelante” fue hecha por Juan Bautista Cabrera. La cuarta estrofa de este himno dice así,
Tronos y coronas pueden perecer
De Jesús la iglesia fiel habrá de ser
Nada en contra suya prevalecerá
Porque la promesa nunca faltará.
El apóstol Pablo, en su carta a los hermanos en Filipos, los exhorta a regocijarse en el Señor, este es para muchos, incluyo a este autor, el tema central de la carta.
En el capítulo tres, el apóstol exalta a nuestro Salvador como la posesión más preciada que podemos tener en nuestras vidas. Esto nos hace recordar la parábola dicha por nuestro Señor,
“También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró”
Mateo 13:45-46.
Es en este capítulo donde el apóstol expone quien era él antes de Cristo, y quien fue después de Cristo. Su linaje dentro de la tradición judía era de admiración entre los judíos, pero, como sus propias palabras lo dicen, una vez que conoció a Cristo y la Verdad, todo lo demás lo consideró como basura (Filipenses 3:7-8). En palabras del escritor del himno, “tronos y coronas pueden perecer”. Cuando el día del Juicio llegue, no importará cuantos Doctorados tengamos, cuantas empresas hayamos fundado, cuantos libros hayamos escrito, o cuantas posesiones tengamos. El hombre más poderoso en esta tierra, si no obedeció a la voluntad de Dios, simplemente, en lugar de poder obtendrá perdición. Volviendo a las palabras del himno, “Nada en contra suya [de Cristo] prevalecerá, porque la promesa nunca faltará”.
En los versículos finales, Pablo nos muestra la forma de seguir nuestro camino al cielo. En simples palabras nos dice, “Estamos con Cristo o en contra de Él”.
“Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros. Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo”
Filipenses 3:17-19.
Pablo fue uno de los grandes soldados de Cristo. Él dejo una vida que, desde el punto de vista de los judíos, era muy buena. Hoy en día no necesitamos que Cristo se nos aparezca y enceguezca para creer en Él. Eso ya le ocurrió a Pablo y la Biblia así nos lo afirma (Hechos 22:6-16). La Palabra de Dios es la fuente total de todo lo que necesitamos saber para la vida y la piedad (2 Pedro 1:3). Una vez el obedeció el evangelio, puso su vida al servicio del Señor. Todo Cristiano debería tener este tipo de actitud. Es la esperanza y oración de este escritor que ese sea el deseo y voluntad de todo Cristiano, incluyéndose así mismo.
Pablo en esta carta insta a los hermanos en Filipos a sentir como Cristo, pensar como Cristo, actuar como Cristo, y vivir como Cristo. Hoy en día esas mismas enseñanzas son las que leemos en esta epístola y debemos comprender que esa es la forma en que debemos vivir una vez somos bautizados por el perdón de los pecados y añadidos por el Señor a su cuerpo, que es su iglesia (Hechos 2:47; Efesios 1:22-23).
Tristemente, hay varios tipos de personas allá afuera,
- Los que nunca han oído el evangelio.
- Los que han oído parte de él mas no creen en él porque creen en lo que su pastor/sacerdote/líder enseña (sin escudriñar las Escrituras).
- Los que lo oyeron, lo obedecieron, no les gusto y decidieron volver a sus creencias y tradiciones anteriores.
- Los que lo oyeron, lo obedecieron, y siguen en la iglesia, mas no practican lo aprendido.
- Los que lo oyeron, lo obedecieron, y viven de acuerdo con lo que el mismo enseña.
Ciertamente, todo Cristiano debe optar por ser del último tipo de este listado. Todos los demás tipos de personas necesitan del último tipo para que se acerque a ellos y pueda mostrarles que Jesús ciertamente es el camino, la verdad, y la vida (Juan 14:6), no solo por sus palabras, sino también por sus acciones.
Nada de esto será posible, si el Cristiano no desarrolla en sí mismo el habito de leer la Biblia regularmente. No por encimita, sino con atención, con cuidado a los detalles, y comprendiendo que es lo que Dios nos dice. No basta con solo leer, sino que el estudio es necesario. De allí que es importante que estudiemos nuestra Biblia diariamente, y así estar seguros de que podemos seguir firmes y adelante de acuerdo con la voluntad de nuestro Padre.
Así como el apóstol Pablo escribe, sean nuestras palabras y nuestra actitud,
“Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”
Filipenses 3:13-14.
Si deseas estudiar más acerca de este tema, o algún otro tema referente a tu salvación, no dudes en acercarte a una congregación de la Iglesia de Cristo, o de contactarnos, que con mucho gusto estamos para ayudarte en formar parte de la familia de Dios.
¡Dios te bendiga!
ACTUALIZACIÓN: Recientemente grabe en video esta serie de lecciones sobre la carta a los Filipenses, como parte del ministerio «La Luz En Mi Andar«. Puedes ver las cinco lecciones haciendo clic aquí.