Uno de los muchos recuerdos que guardamos de nuestro tiempo en la Escuela de Predicación de Memphis tiene que ver con el hermano Garland Elkins y sus clases. La mayoría de las veces, antes de comenzar nuestra clase, durante nuestro primer año, cantábamos la primera estrofa del himno escrito por James Rowe, “The Old Cross Road”, que traducido dice:
Hay muchos caminos a través de este mundo de pecado,
Pero solo hay uno en el que viajaré;
Es el viejo camino de la Cruz, o el camino llamado “Derecha”
Solo hay una manera de llegar a la puerta perlada.
Durante las últimas dos semanas, viajamos a varios lugares en Panamá, desde Chiriquí, a Colón, desde Ciudad de Panamá a El Valle de Antón, desde Arraiján a San Miguelito, etc. Muchos caminos que no conocíamos antes fueron visitados durante la breve visita que Ted y Kathy Brooks hicieron a nuestra casa.
El pasado fin de semana, tuve la oportunidad de presentar, por primera vez en español, el Seminario de Evangelismo Personal que originalmente es presentado en Inglés (https://evangelism.housetohouse.com) por mi querido amigo y hermano en Cristo, Rob Whitacre, a través de los varios estados que componen Estados Unidos de América. El seminario se llevó a cabo en la congregación de la Iglesia de Cristo en Margarita, Colón, y esperamos y oramos para que haya muchos buenos frutos provenientes de estos esfuerzos. Los hermanos están verdaderamente enfocados en hacer lo mejor que pueden para servir al Señor, y están buscando el compromiso y la organización que se espera del cuerpo de Cristo.
“Había entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor. Y el Señor le dijo: Levántate, y ve a la calle que se llama Derecha, y busca en casa de Judas a uno llamado Saulo, de Tarso; porque he aquí, él ora, y ha visto en visión a un varón llamado Ananías, que entra y le pone las manos encima para que recobre la vista. Entonces Ananías respondió: Señor, he oído de muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho a tus santos en Jerusalén; y aun aquí tiene autoridad de los principales sacerdotes para prender a todos los que invocan tu nombre. El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre. Fue entonces Ananías y entró en la casa, y poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno del Espíritu Santo. Y al momento le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al instante la vista; y levantándose, fue bautizado”
Hechos 9:10-18.
Como la respuesta de Ananías a nuestro Señor, hay muchos hermanos que están escogiendo la tierra, en lugar de plantar la semilla. Debemos alegrarnos hoy de que Ananías siguió el camino que nuestro Señor le dijo que fuera. Saulo de Tarso era parte del plan del Señor, así como cada alma perdida en este mundo. No sabemos cuántos frutos buenos serán el resultado de un alma que tiene la oportunidad de escuchar el Evangelio hoy. Nuestro trabajo es hacer lo que Apolos y Pablo estaban haciendo,
“¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios, que da el crecimiento. Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor”
1 Corintios 3:5-8.
¿Estamos haciendo lo que se requiere de cada uno de nosotros para recibir nuestra recompensa? Incluso con las dudas que Ananías tenía sobre Saulo, hizo lo que el Señor le ordenó que hiciera porque confiaba en el Señor.
“Entonces uno llamado Ananías, varón piadoso según la ley, que tenía buen testimonio de todos los judíos que allí moraban, vino a mí, y acercándose, me dijo: Hermano Saulo, recibe la vista. Y yo en aquella misma hora recobré la vista y lo miré. Y él dijo: El Dios de nuestros padres te ha escogido para que conozcas su voluntad, y veas al Justo, y oigas la voz de su boca. Porque serás testigo suyo a todos los hombres, de lo que has visto y oído. Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre”
Hechos 22:12-16.
Como las palabras escritas por Rowe, hay muchos caminos que podemos seguir en nuestra vida, pero debemos buscar el Derecho, el que nos pondrá en el camino de la obediencia a nuestro Padre celestial, el único que puede conducirnos al Padre, y ese camino, sin ninguna duda, es nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”
Juan 14:6.
En ese momento, si Ananías decide tomar un camino diferente al que lleva a la calle llamada Derecho, entonces no podrá cumplir con la orden que nuestro Señor le dio. Si Saúl no actúa de acuerdo con lo que Ananías le dijo que hiciera, entonces no podría llevar el nombre de nuestro Señor ante los gentiles, los reyes y los hijos de Israel.
Hoy en día, si no seguimos el camino de la salvación que nos es provisto por medio de las Escrituras, entonces no podremos recibir la recompensa que nos espera en el cielo (Santiago 1:12; 1 Pedro 1:3-5; Apocalipsis 2:10). Tengamos en mente que cosecharemos según lo que sembramos (1 Corintios 3:8, Gálatas 6:7-8, Apocalipsis 22:12).
Necesitamos estar ocupados haciendo de acuerdo con lo que se nos ordenó hacer. Predicar la Palabra a todo el mundo no es una tarea que solo se relaciona con evangelistas o ministros, sino con todo Cristiano. Es la súplica de este escritor que todos los que están leyendo esto elijan la puerta estrecha en lugar de la ancha (Mateo 7:13-14). Hay muchos caminos, pero solo uno es el correcto. Por favor, no demores en tu elección de caminar en el camino que conduce a la puerta perlada.
¡Dios te bendiga!