Por Wayne Jackson, traducido con permiso por Marlon Retana.
El artículo original, en inglés, se encuentra en este enlace.
Juan Calvino (Jean Calvin) nació en 1509 en un pequeño pueblo a unas cincuenta millas al norte de París. Cuando tenía catorce años, fue a París a estudiar teología y filosofía.
Por un tiempo, dirigió su atención a obtener un título de abogado. Pero en 1534, comenzó a trabajar en sus famosa Institución de la Religión Cristiana, que completó el año siguiente. Sólo tenía veintiséis años en ese momento. Este trabajo fue revisado durante un período de veinticinco años.
Calvino finalmente murió de tuberculosis en 1564 a la edad de cincuenta y cinco años.
La Influencia De Calvino
Juan Calvino fue tremendamente influyente en el mundo protestante. Generalmente se le atribuye ser el padre espiritual del Presbiterianismo y las Iglesias Reformadas.
Pero Calvino había sido significativamente influenciado por Agustín (354-430). Una autoridad dice que él “a menudo leía el texto bíblico a través de los ojos de Agustín” (Westminster Dictionary of Church History , p.148).
Y así, aunque es cierto que, hasta cierto punto, Calvino fue un reformador, también es cierto que llevó una cantidad considerable de equipaje de la Iglesia Occidental (Romana), el cuerpo que finalmente evolucionó a la Iglesia Católica Romana.
La Filosofía De Calvino
Hay un pasaje de la Institución de Calvino que ilustra vívidamente la actitud que él tuvo en cuanto a cómo se debe considerar la autoridad de las Escrituras. Su hastiado punto de vista es común en la comunidad religiosa de hoy.
El tema es el bautismo, particularmente el modo. ¿Se puede administrar el rito por aspersión de agua o se requiere la inmersión de toda la persona?
En cuanto a lo demás, tiene poca importancia si se ha de sumergir totalmente en el agua al bautizado, si se ha de hacer tres veces a una solamente, derramando agua sobre él. Esto debe dejarse a la discreción de la Iglesia, según la diversidad de los países. Porque el signo se representa de cualquiera de estas maneras. Aunque la palabra misma “bautizar” significa sumergir; y consta que la Iglesia primitiva usó este rito (Institución… , 1999, Fundación Editorial de Literatura Reformada, Tomo II, p.1040)
Una Admisión Sincera
En primer lugar, Calvino admite que la palabra «bautizar» significa sumergir. Esto es un testimonio contundente de una fuente imparcial que piensa que el modo es irrelevante.
El verbo significa “sumergir”, como lo reflejan claramente varios textos, tanto en el Antiguo Testamento griego como en el Nuevo Testamento original.
En numerosos pasajes (cf. 2 Reyes 5:14; Lucas 16:24; Juan 13:26), los traductores no se sintieron tentados a disfrazar el significado original porque su prejuicio teológico no fue cuestionado.
Y así, representaron los idiomas originales puramente, en lugar de emplear el camuflaje de la transliteración, es decir, llevar el término de un idioma directamente a otro, con solo una pequeña modificación de letras.
Lo Que Practicaba La Iglesia Primitiva
En segundo lugar, Calvino reconoció que la inmersión “era el rito usado por la Iglesia primitiva”. Esto es muy significativo porque revela lo que la práctica temprana fue cuando la iglesia funcionó bajo la supervisión de apóstoles inspirados.
Además, el reformador no citó ningún ejemplo en el que se permita el ajuste doctrinal para acomodar la “diversidad de los países”. Esto revela un precedente muy fuerte en aquellos días de bautismos no “climatizados”. Debe haber alguna razón por la cual la iglesia antigua insistió en la inmersión, aunque eso claramente fue inconveniente en numerosas ocasiones.
Libre Para Innovar
Tercero, Calvino revela mucho cuando sugiere que “debe dejarse a la discreción” de las iglesias el ignorar el significado de las palabras de las sagradas escrituras, y desobedecer el ejemplo de los líderes de la iglesia inspirados por Dios.
Esta ideología defectuosa está en la raíz de vastos cambios que han corrompido la religión de Jesucristo. Podemos aprender de este episodio angustioso.