Por Ben Giselbach, traducido y adaptado con permiso por Marlon Retana.
El artículo original, en inglés, se encuentra en este enlace.
Este no es solo otro artículo que detalla todas las cosas malas que acompañan a la bebida. Incontables casas han sido destruidas, niños maltratados, reputaciones destruidas y vidas inocentes arruinadas o perdidas debido a los vicios del consumo de alcohol. Las estadísticas están disponibles y hablan por sí mismas. Ninguna persona razonable puede disputar los efectos corrosivos de este veneno en la sociedad. ¿No sería el mundo un lugar mejor sin bebidas alcohólicas?
Los anuncios de cerveza a menudo terminan con la frase “Consuma Responsablemente”. Sin embargo, incluso una sola bebida es irresponsable. El único curso de acción responsable es mantenerse alejado de las bebidas alcohólicas por completo.
Embriaguez vs. Sobriedad.
Aquí hay una pregunta fácil: ¿es pecaminoso el emborracharse? Si. Muy claramente, la Biblia a menudo condena la embriaguez (véase Deuteronomio 21:20-21; Proverbios 20:1; Proverbios 23:20, 29-35; Isaías 5:11, 22; Isaías 28:7; Habacuc 2:15; Deuteronomio 29:5-6; Efesios 5:18; 1 Corintios 5:11; 1 Corintios 6: 9-11; Gálatas 5: 19-21; 1 Timoteo 3:3; Romanos 13:13; 1 Pedro 4:3; Tito 1:7-8; etc.). Esto no se disputa. La embriaguez es un pecado que mantendrá a uno fuera del cielo.
Presta atención ahora que ninguna parte de la ley de Dios no tiene sentido. Todas las leyes de Dios son para nuestro bien. Los Cristianos, en virtud de su fidelidad a la ley de Cristo, pueden vivir la vida en abundancia (Juan 10:10). Existe una fuerte correlación entre la calidad de vida y la fidelidad a la ley de Dios (Salmo 1:3). Hay una razón detrás de cada uno de los mandamientos de Dios.
Dicho esto, tómate un momento para considerar esta pregunta de seguimiento: ¿Por qué? ¿Por qué la Biblia condena la embriaguez?
La razón principal que podríamos dar, sin lugar a duda, es que la embriaguez es la antítesis misma de la sobriedad. Ser Cristiano requiere una mente lúcida y totalmente comprometida. El Cristianismo es un estilo de vida pensante.
- Debemos amar a Dios con toda nuestra mente (Marcos 12:30).
- Debemos ser transformados por la renovación de nuestra mente (Romanos 12:2).
- Debemos poner nuestra mente en las cosas de arriba (Colosenses 3:2).
- Debemos meditar en cosas virtuosas y dignas de alabanza (Filipenses 4:8).
Pedro ordena a los Cristianos a ser “sobrios y velad” (1 Pedro 5:8). ¿Qué sería lo contrario de sobrio en este contexto? Torpe. Adormecido. Inconsciente. Embriagado. Tonto. Desconsiderado. Descuidado. Apático.
Debemos velar y ser sobrios (1 Tesalonicenses 5:6). Contextualmente, esto significa que necesitamos vivir en vista de la eternidad. El regreso del Señor es inminente, y necesitamos vivir de una manera vigilante y perspicaz para que cuando Él venga, seamos encontrados fieles. Esto requiere el uso completo de nuestras facultades. Llevamos todos los pensamientos cautivos para Cristo (2 Corintios 10:5). Debemos vivir “sobriamente” (sofronos, a veces traducido sobrio), y también “justa y piadosamente” en el siglo actual (Tito 2:12). Es decir, debemos tener el control total de nosotros mismos al afirmar que vivimos vidas santas, consagradas al Señor (cf. 1 Pedro 1:13). Debemos tener cuidado con cualquier cosa, por leve que sea, que nos robará de tener la mente lo más clara posible.
A veces se observa que la Biblia no prohíbe explícitamente el uso de marihuana recreativa u otras drogas ilícitas.[1] Aquí, tenemos que discrepar. La Biblia condena el uso de drogas recreativas y alcohol, junto con el abuso de medicamentos recetados, en cada pasaje que ordena a los Cristianos tener una mente sobria. Cualquier actividad recreativa que perjudique su juicio, intoxique su mente, disminuya su resolución o altere su conciencia es pecaminosa, por socialmente aceptable que sea.
Mantener tu sobriedad es uno de los elementos más críticos de la vida cristiana. El hombre sobrio profundiza en las Escrituras. Considera las consecuencias espirituales a largo plazo de sus acciones en lugar de los placeres físicos a corto plazo. Trabaja sobre las decisiones porque la santidad es un trabajo mental duro. Sopesa sus acciones y no actúa apresuradamente sin pensar. Se niega a ir con la multitud o adherirse a la filosofía del día.
En contraste, no necesitas usar mucho tu cerebro para pecar. Cuando se nos pide que expliquemos algo que hicimos mal, ¿con qué frecuencia respondemos con la excusa “No estaba pensando”? Podemos ser vencidos por el mal simplemente dejando caer todas las restricciones mentales y permitiendo que nuestras lujurias se hagan cargo (Santiago 1:14-15). Una tacita de té de santidad requiere más energía mental que un océano de maldad.
¿Pero qué hay de una jarra o dos de cerveza?
A menudo se afirma: “La Biblia no condena el consumo de alcohol, solo condena la embriaguez”. Debido a que la Biblia no señala específicamente cuándo ocurre la embriaguez, a la gente le gusta decir: “la Biblia solo condena la embriaguez” porque es una declaración resbaladiza y así proporciona cobertura.
Sin embargo, este no es un argumento legítimo a favor del consumo “moderado” o “responsable”. En nuestra era moderna, podemos calcular con gran precisión exactamente cuándo ocurre la embriaguez.
La Real Academia Española define “embriaguez” como “Perturbación pasajera producida por la ingestión excesiva de bebidas alcohólicas” y “Estado producido por una intoxicación de gas, benzol, etc.”[2] ). Si bien algunas personas pueden exhibir características de embriaguez de maneras más sutiles que otras,[3] la intoxicación por alcohol puede medirse científicamente y verificarse médicamente. La intoxicación es cuando el alcohol se absorbe en la sangre y circula al cerebro, privándolo de oxígeno.[4] 4 Cuando la cantidad de alcohol en la sangre excede la cuota a la que puede ser metabolizado por el cuerpo, usted está oficialmente intoxicado (y, por lo tanto, con discapacidad mental), por leve que sea al principio. La intoxicación tiene muy poco que ver con si te sientes intoxicado. La Enciclopedia Británica registra que “esa cuota por hora en un hombre de tamaño promedio es aproximadamente media onza, o 15 ml, de alcohol [puro, BG].”[5] Esto varía (pero no tanto como podrías pensar), por supuesto, debido a la genética, el género, el peso y la cantidad de alimentos que ya están en el estómago.
Apliquemos esto a la vida real. Una pizca de extracto de vainilla (con su contenido de alcohol increíblemente alto) en tu masa para galletas no va a alterar tu sobriedad, incluso si te comes toda esa masa de una vez con una cuchara muy grande. Tu cuerpo puede metabolizar tan pequeña cantidad de alcohol, evitando que la sustancia afecte tu cerebro. Sin embargo, si bebes un vaso o jarra de 12oz de Bud Light (la cerveza más popular en Estados Unidos[6]) en 30 minutos, tal volumen de contenido de alcohol en ese período va a abrumar la cuota en que el cuerpo de una persona promedio (específicamente su hígado) puede filtrar el veneno (15 ml/hora) y te intoxicarás. Incluso con su contenido de alcohol relativamente bajo, dejando los extremos “qué pasaría si” por fuera, hay demasiado alcohol para que tu cuerpo lo pueda metabolizar lo suficientemente rápido. El alcohol llegará a tu cerebro, privándolo de oxígeno, causando la aparición de la embriaguez.
La única forma segura de no intoxicarse con bebidas alcohólicas (aparte de no beberlo en primer lugar) es beber, digamos, un vaso o jarra de cerveza de 12oz como un té caliente a un ritmo lento y constante en el transcurso de muchas horas. (y nadie bebe alcohol ni cerveza de esa manera). En otras palabras, beber solo una típica copa de vino, o jarra de cerveza o alcohol destilado al ritmo que cualquier persona normal (por ejemplo, dentro de los 30 minutos más o menos) te intoxicará. Tus habilidades de razonamiento estarán deterioradas. Puede que ni siquiera te sientas intoxicado, pero lo estarás. Durante las horas de vigilia del Cristiano, la sobriedad debe ser protegida.
“No bebo para emborracharme. Solo bebo para relajarme.”
Pero ¿qué es lo que hace que el alcohol sea tan relajante? El alcohol es una droga depresiva y narcótica[7]. Es precisamente la intoxicación que estás experimentando, cuando el cuerpo no puede metabolizar el alcohol, lo que te relaja. Ese es el comienzo de la embriaguez, ya sabes, esa palabra que la Biblia usa entre otros pecados que lo mantendrán a uno fuera del cielo (1 Corintios 6:10, Gálatas 5:21. 1 Pedro 4:3). Hay otras formas de relajarse que no implican envenenar tu cuerpo y minimizar tu sobriedad.
Pero alguien más dice: “Pero conozco mis límites, y no me emborracho después de una sola bebida”. Ten en cuenta que el alcohol no tiene efecto en el cerebro hasta que es absorbido por el sistema digestivo[8], lo que significa que los efectos retrasan el consumo[9]. Después de tu primera cerveza, no te sientes borracho porque la mayor parte no ha sido procesada a través del tracto digestivo. La comida funciona de la misma manera: estás lleno antes de sentirte lleno; y si sigues comiendo, te excederás antes de darte cuenta.
Además, el alcohol es un veneno que afecta la capacidad de tu mente para razonar y tomar decisiones racionales, particularmente los juicios morales. Entumece tus inhibiciones, que es exactamente lo último que debe suceder cuando intentas medir tu límite de alcohol. Es por eso que la Biblia dice que “el vino es escarnecedor [hace mofa y burla, MR]” (Proverbios 20:1). Juegas con el límite, y cuanto más te acercas al mismo, más borroso se vuelve. ¿Por qué un Cristiano maduro haría eso? (Y ahí radica el problema: la falta de madurez, vista por la voluntad de uno de acercarse lo más posible al pecado).
“No os embriaguéis con vino.”
Considera las palabras según Efesios 5:18, “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu.” La frase griega “μη μεθυσκεσθε οινω”, literalmente, sería traducida más precisamente como “No iniciéis el proceso de embriagarte con vino”. No solo evites estar borracho, evita el viaje por completo.
Este versículo demuestra cómo la Biblia siempre se adelantó a su tiempo. Incluso antes de que el compuesto químico ahora conocido como alcohol (etanol) fuera descubierto en el Siglo X[10], el Espíritu Santo comunicó la revelación divina sobre la intoxicación que podría entenderse independientemente de la era científica. La Última Voluntad y Testamento de Jesús dice, en otras palabras: Ni siquiera empieces el proceso que conducirá a la embriaguez, porque esa es la antítesis de ser guiado por el Espíritu.
Para que el Espíritu te convenza, tu mente no puede verse afectada. La sobriedad es esencial para andar conforme al Espíritu (Romanos 8:4). ¿Cuál es una manera segura de destruir el poder del Espíritu sobre tu vida? Sin duda, “embriagarte con vino”. El uso recreativo de narcóticos, depresivos y otras sustancias adictivas te robará tu sobriedad[11] y limitará la influencia de Dios en tu vida. ¿Quién quiere eso?
Conclusión
El alcohol (solo 1 o 2 tragos) afecta la sobriedad (incluso si no se siente así). Incluso con una mente clara, el caminar cristiano ya es lo suficientemente desafiante. No podrás caminar con éxito mientras estés dispuesto a retrasar la capacidad de tu mente para razonar.
Además, no hemos examinado el devastador ejemplo que da el Cristiano con una bebida embriagadora en la mano. Sin embargo, la Biblia es clara acerca de la importancia de la influencia del Cristiano, y la enseñanza directa sobre esto no es difícil de encontrar. Si existe controversia sobre el alcohol, no se debe a los hechos, sino al corazón. Como santos, vivamos santificados. Luchemos por lo que Dios manda: la sobriedad.
Notas Finales
[1] ¿Cómo podría hacerlo? No había una palabra para estas sustancias cuando las Escrituras fueron escritas por primera vez. Del mismo modo, no había una palabra para “alcohol” en los tiempos bíblicos, ya que la sustancia química detrás de los efectos embriagadores aún no se había descubierto o entendido.
[2] Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, https://dle.rae.es/embriaguez
[3] Clínica Universidad de navarra, Diccionario Médico, https://www.cun.es/diccionario-medico/terminos/embriaguez
[4] Leon A Greenberg, “Intoxication and Alcoholism: Physiological Factors,” AAPSS 315 (1958), 24.
[5] “Alcohol Consumption,” Encyclopedia Britannica. Consultado el 10 de Enero de 2020 https://www.britannica.com/print/article/13398
[6] Kate Taylor, “Here are the 10 most popular beers in America,” Business Insider. Consultado el 10 de Enero de 2020. https://www.businessinsider.com/most-popular-beers-in-america-2018-9#1-bud-light-10
[7] Haven Emerson, “What We Have Learned About Alcohol,” PDK 30 (1948), 89.
[8] Greenberg, “Intoxication and Alcoholism,” 24.
[9] Alex Paton, “ABC of Alcohol: Alcohol in the Body,” BMJ, 330 (2005), 86.
[10] Houchang Modanlou, “A Tribute to Zakariya Razi (865-925 AD): An Iranian Pioneer Scholar,” AIM 6 (2008): 674.
[11] A diferencia de la medicación prescrita y monitoreada médicamente, que, si afecta la mente, está diseñada en última instancia para mejorar la sobriedad.