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¿Te molestan los niños cuando predicas?

Por Don Williams, traducido con permiso por Marlon Retana.
El artículo original, en inglés, se encuentra en este enlace.


En ocasiones, me preguntan: “¿Realmente puedes ver lo que está pasando en las bancas?” Y “¿Te molestan los bebés y los niños pequeños cuando estás predicando?”

Las respuestas a estas dos preguntas son sí y no. Sí, puedo ver lo que está pasando. No, los niños no me molestan.

Recuerdo lo que Tom Holland nos dijo a los jóvenes predicadores cuando estábamos en la clase de Preparación y Entrega de Sermones en la Universidad Freed-Hardeman: “¿Qué harías si tuvieras dos años, y todos y todo lo que te rodea es más grande que tú? ¡Te darías la vuelta y estirarías el cuello y estarías inquieto por todo el lugar para ver qué está pasando!”

Para mí, los bebés y los niños pequeños representan el futuro de la iglesia. Dicen a los visitantes que esta congregación tiene un futuro brillante, al menos en potencial. Como dijo Wimpy Jones, “Preferiría oír a los bebés llorando que a los viejos roncando”. Todos hemos estado allí en un momento u otro, y todos podemos simpatizar con las madres o los padres que hacen todo lo posible para controlar a los niños pequeños durante la adoración, niños que no pueden entender por qué estamos haciendo esto o aquello, o por qué ese tipo (es decir, yo) está hablando más que un segmento de dibujos animados en la televisión (unos quince minutos).

Como padres, debemos tener como meta el desarrollo del amor de nuestros hijos por Dios. Podemos hacer esto enseñándoles por qué y cómo adorar a Dios. Las siguientes son algunas excelentes sugerencias que podemos usar para involucrar a nuestros hijos en la adoración y ayudarlos a entender lo que significa adorar a Dios. (Estoy en deuda con John Vaughn por la idea de este artículo, así como por las siguientes sugerencias. Estoy en deuda con mi esposa por inculcar en nuestros hijos el comportamiento que con optimismo exhiben en la adoración. Casi siempre llevo esta tarea sola, ya que ¡yo estaba predicando!)

  • Prepare a los niños. Antes del domingo, cuénteles qué sucederá en la adoración y por qué cantamos, oramos, predicamos, ofrendamos y participamos de la cena del Señor.
  • Involucre a los niños. Cuando cantamos o leemos la Biblia, ayúdeles a localizar el himno/pasaje en el libro. Luego, señale las palabras mientras cantamos/leemos.
  • Siéntese cerca. Algunos pueden pensar que necesitan sentarse atrás para no molestar a los demás. Puede haber momentos para esto (por ejemplo, una enfermedad), pero ¿por qué no sentarse en el frente para que los niños puedan ver y escuchar lo que sucede en la adoración?
  • Exprese alegría al adorar a Dios. Los niños captarán las actitudes que uste tiene en la adoración y las imitarán, buenas o malas. He observado que los patrones de adoración (frecuencia de asistencia, canto o no canto, y demás) son fácilmente imitados por los niños a medida que crecen.
  • Sea paciente. Los niños no son adultos y no se debe esperar que actúen como adultos. Ayúdelos a adorar a Dios en su nivel de comprensión

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